Mi mano tu mano. MANOS ¡Mirar las manos!!! Nos llevó a ponerlas en alto y analizarlas. Para qué las usamos, cómo son, qué tienen. Este disparador trajo sorpresivos comentarios: están feas, ásperas, pero sirven para acariciar, calmar, acunar, aún más, para abrazarme. Y esto dio un vuelco al día. Una necesidad de la vital muestra de cariño que ayuda a sobrellevar la soledad alli. Fue una tarde plácida y agradable, con mucha participación. De rodillas buscaron las piezas y colaboraron para armar el rompecabezas. Otra sorpresa: se ARMÓ UNA FOTOGRAFIA CON MANOS DE MUJERES DE DISTINTAS EDADES.
Satisfechas contemplaron el trabajo terminado.
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