"...Madres presas... Hijos ¿presos?
Un niño de hasta cuatro años que vive junto a su mamá en un
establecimiento penitenciario, con pocas dudas, está también "preso". Recibe por
una suerte de propiedad transitiva la misma condena que su madre, aunque con el
límite de edad que impone la ley. Los niños se crían en un ambiente violento, y
rasgo pasa a ser parte de su modo de vida e identidades personal y social.
(Richie 2001) Durante el transcurso de su internación es objeto de penas
suplementarias, además de la restricción ambulatoria, que se consideran como el
precio que se debe pagar para no romper el vínculo madre- hijo. El Estado
incumple con los derechos del niño de hasta cuatro años, que según lo permite la
ley de ejecución penal argentina, vive internado en un establecimiento
penitenciario: a la salud, a la recreación, a un ambiente sano y placentero donde
pueda alternan momentos de actividad y de descanso genuino, a gozar de
vínculos parentales firmes y no ser, sobre todo, destinatario de violencia...
Las madres que ingresan con sus hijos a las cárceles saben que deberán
desempeñar una maternidad “condicionada”. (Enos 2001) Los límites que impone
un establecimiento carcelario pueden ser puntos de fijación desde donde no se
puede ir más allá. No es ninguna sorpresa para ellas que el margen que resta para
ejercer su maternidad sea escaso e inapropiado..."
Un niño de hasta cuatro años que vive junto a su mamá en un
establecimiento penitenciario, con pocas dudas, está también "preso". Recibe por
una suerte de propiedad transitiva la misma condena que su madre, aunque con el
límite de edad que impone la ley. Los niños se crían en un ambiente violento, y
rasgo pasa a ser parte de su modo de vida e identidades personal y social.
(Richie 2001) Durante el transcurso de su internación es objeto de penas
suplementarias, además de la restricción ambulatoria, que se consideran como el
precio que se debe pagar para no romper el vínculo madre- hijo. El Estado
incumple con los derechos del niño de hasta cuatro años, que según lo permite la
ley de ejecución penal argentina, vive internado en un establecimiento
penitenciario: a la salud, a la recreación, a un ambiente sano y placentero donde
pueda alternan momentos de actividad y de descanso genuino, a gozar de
vínculos parentales firmes y no ser, sobre todo, destinatario de violencia...
Las madres que ingresan con sus hijos a las cárceles saben que deberán
desempeñar una maternidad “condicionada”. (Enos 2001) Los límites que impone
un establecimiento carcelario pueden ser puntos de fijación desde donde no se
puede ir más allá. No es ninguna sorpresa para ellas que el margen que resta para
ejercer su maternidad sea escaso e inapropiado..."
LA MATERNIDAD ENCARCELADA Un estudio de caso; Beatriz Kalinsky y Osvaldo Cañete, CeReiD: Centro Regional de Estudios Interdisciplinarios Sobre el Delito
Sede: Junín de los Andes – Neuquén – Patagonia Argentina
(publicado en http://www.cereid.org.ar/pdf/Maternidad-encarcelada-un-estudio-de-caso.pdf)
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